No puedo permitirme callar: Rubén Blades sobre los 43 normalistas desaparecidos

El mundo exige justicia, dice el panameño. Espera que el sacrificio de esos 43 mártires, sirva para animarnos a adecentar la democracia, a revivirla y rescatarla de nuestra mediocridad cívica…

 

A través de un comunicado colgado en su cuenta de Facebook, el cantante Rubén Blades se ha pronunciado sobre los 43 normalistas desaparecidos hace casi dos meses.

“No puedo permitirme callar en el asunto de Ayotzinapa”, comienza y continúa, “Después de lo sucedido, nada debe volver a ser como antes. La humanidad no puede seguir alimentando el silencio que contribuye a soslayar y olvidar estas tragedias. Ese invisible muro de silencio que con tanta frecuencia se va construyendo después de la denuncia inicial de un hecho abominable. Ese silencio que funciona, lamentablemente, como reemplazo de la verdad”.

“Al escapar del silencio, lo de Ayotzinapa se le escapó también al propio Estado mexicano. Este hecho local se ha transformado en un asunto de interés universal, desde que se evidenció la increíble complicidad entre servidores públicos y delincuentes. Hoy, por el efecto de las redes sociales, el mundo entero conoce de lo ocurrido en Ayotzinapa. En todo el orbe se habla de lo ocurrido con los 43 estudiantes, y el mundo exige justicia”, subraya.

El cantautor panameño también evoca las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, de personas en América Latina que han dejado de ser eventos raros. “A lo largo de muchas décadas nuestro afligido continente, desde Centro hasta Sur América, ha sufrido la desaparición de miles de personas secuestradas y jamás encontradas, ya fuera por motivos políticos o por actos delincuenciales. Pero las recientes desapariciones en Ayotzinapa, aunque semejantes en su condición de víctimas a las producidas en Latinoamérica, agregan una característica especial a la tragedia”.

“La historia de abusos a los derechos humanos en la mayor parte de América Latina fueron resultado de la acción de dictaduras militares. En el caso de Ayotzinapa, de confirmarse la tesis hasta ahora manejada en los medios, los 43 ciudadanos fueron secuestrados y hechos desaparecer bajo un Estado de Derecho”, asevera Blades.

“En este caso se trata de servidores públicos quienes, actuando en representación del esquema administrativo del Gobierno y del sistema político operante, son responsables por el arresto ilegal de 43 ciudadanos mexicanos y por la entrega de esos detenidos a presuntos elementos criminales civiles”.

Tras recordar la forma en que se operó lo que llama “un acto deliberadamente público, donde un Alcalde utilizó el poder del Estado mexicano con propósitos evidentemente personales y antidemocráticos”, reprueba que un país que se define como soberano no sea gobernado por leyes sino por lo que parece una dictadura militar.

“El Presidente Peña Nieto ha declarado que se tomarán las medidas necesarias para encontrar a los culpables. Eso, aunque es algo esperado y necesario, no parece suficiente… Lo ocurrido en Ayotzinapa no solo evidencia y describe la descomposición moral, o incapacidad administrativa de unos cuantos funcionarios: más bien aparenta representar la afirmación absoluta de la existencia de una corrupción moral, institucional y cívica que contamina todo el sistema político y que incluye, además, a una parte de su población civil”.

Para finalizar, Rubén señala que Ayotzinapa no es un problema mexicano sino internacional por lo que espera que “el sacrificio de esos 43 mártires, sirva para animarnos a adecentar la democracia, a revivirla y rescatarla de nuestra mediocridad cívica y de los tentáculos de una corrupción que se generaliza cada vez más y que amenaza con producir el desplome de todo lo que una vez consideramos digno y posible”.

Acompaña su escrito con una imagen de sí mismo portando una playera negra con la leyenda “Ayotzinapa faltan 43”.